Xabi Alonso, tras atravesar el abismo de Vitoria: “La unión es fundamental”

Xabi Alonso, tras atravesar el abismo de Vitoria: “La unión es fundamental”

Mendizorroza se encendió y por la megafonía sonó el Si te vas… de Extremoduro. No paró de escucharse en toda la velada al caído Robe Iniesta mientras el encausado Xabi Alonso, el único del todo el estadio que no llevaba abrigo en la noche helada de Vitoria, recorría kilómetros en la banda. Entraba y salía del banquillo como un autómata, y no paraba de reclamar a sus jugadores que se juntaran. Es su indicación estrella de estos días porque la lucidez en el juego continúa encerrada en una caja fuerte bajo siete llaves.

No había demasiadas instrucciones del tolosarra, pero en cuanto Carlos Vicente empató, se detuvieron en seco. Tenía preparado el cambio de Gonzalo García y lo frenó. En los siete minutos que transcurrieron hasta el 1-2 de Rodrygo, la imagen de Xabi era la de un hombre al que se le estaba cayendo el mundo encima. Durante ese tramo, se le aparecieron más si cabe los fantasmas de la etapa de Julen Lopetegui, que también tropezó en Vitoria en 2019 en la antesala de su despido.

Esta vez, Xabi terminó abrazando a Vinicius cuando el brasileño fue sustituido en el 90 como jugador clave en el 1-2 de Rodrygo, que ha resucitado de la nada para anotar dos goles en los últimos cuatro días después de meses engullido por un agujero negro.

“Estamos todos juntos en esto. Peleando en los momentos buenos y no tan buenos. El equipo ha competido bien. Le doy mucho mérito a la victoria porque teníamos muchas bajas”, valoró Xabi, que volvió a recibir gestos públicos de algunos jugadores e insistió en que el equipo necesita tener más continuidad. “Por un partido no es suficiente. Queda mucho, hay que darle continuidad a las cosas buenas que hemos hecho. La unión es fundamental. Es la única manera de que la solidez del día a día nos dé la mejora que queremos”, insistió el técnico, que volvió a quejarse del árbitro. Lo hizo hace una semana contra el Celta y no se ahorró la crítica en Vitoria por un posible penalti a Vini en la recta final.

Xabi había recuperado a Kylian Mbappé dentro de una expedición con nueve bajas (Carvajal, Trent, Militão, Alaba, Mendy, Camavinga, Carreras, Fran García y Endrick), y echó mano en defensa por la izquierda de Víctor Valdepeñas porque no tenía disponible a ninguno de los cinco laterales. Al canterano lo felicitó (“ha sido muy estable”) después de señalarlo en la acción del 1-1.

Hasta entonces, el Madrid volvió a estar colgado de Courtois y Mbappé. Kylian solo había entrenado una vez esta semana. Después de acabar el pasado domingo contra el Celta dolorido en la parte trasera de la rodilla derecha, no se unió al grupo hasta el sábado. El miércoles, se sometió por la mañana a pruebas médicas y por la noche no asomó en el césped ni perdiendo ante el City. Pero no hay mucho más en el Madrid en ataque que el francés, autor de 26 de los 47 goles de su equipo. En el arranque decente de los blancos, amenazó dos veces y a la tercera, con espacios, nadie lo pudo parar. Bellingham enlazó con él en una de las escasas ocasiones en las que el Alavés se destapó y ese pecado mortal se lo cobró Kiki.

“Hoy lo más importante eran los tres puntos”, agradeció un Xabi aliviado. Mediada la segunda parte, el hombre dio un paso más hacia el precipicio y el pasado de Lopetegui revoloteó en Vitoria. Hasta que Vini conectó con Rodrygo y sofocó a Alonso al final de una semana que ha llevado al técnico al precipicio, del que todavía no ha salido.


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